Mario Agiriano Benéitez
Dice Zarracina que ha llegado a plantearse denunciar frente al Ararteko (el Defensor vasco del Pueblo) la sintaxis del propio Ararteko. Sólo que eso, reflexiona, podría producir más prosa del Ararteko. Con idéntico pavor encaro, Maquiavelo, esta respuesta. Además de la ética, también la estética debería poder ser universal, y todos tenemos una cierta responsabilidad para con el buen gusto. Confío en que te sumes a la causa: no sé si podría soportar otro texto semejante.
Empezaré diciendo que te felicito, Maquiavelo. Has debido batir el récord Guinness de esdrújulas por frase. Por lo demás el texto es una enorme montaña de humo solipsista. Un cascarón vacío y pedante. Una secreción de narciso onanista, un perfecto edificio inane.
Pero te entiendo, Maquiavelo. El aburrimiento es un mal atroz. Esas horas frente al ordenador construyendo esas frases relamidas y huecas… Ha tenido que ser duro. Y más cuando el resultado es el émulo ensayístico del Ecce Homo de Borja.
Esperaba algo más, camarada. Entiendo que no es fácil pretender hacer alta cocina y que te salga un cachopo presuntuoso. Pero el texto parece escrito por Juan Manuel de Prada tras sufrir una embolia. Tras leerlo una vez, he alzado la bandera del buen y viejo derecho a la pereza: espero que me perdones que no te cite.
Te recomendaría, eso sí, que perseveraras en tu devoción por la comida: es algo inmensamente placentero, y ningún camino es malo para parecerse a Chesterton. Y recuerda, camarada, que el saber sí ocupa lugar, tanto, que puede llegar a desplazar a la inteligencia (Luis Cernuda).
Un fraternal saludo.